En el Siglo XXI, mucha gente ve con buenos ojos el realizar terapias o tratamientos psicológicos.
Esas sesiones que, se supone, ayudan a la persona a “ponerle nombre” a sus miedos, problemas, heridas, etc; que tantos males le causan.
Mucha gente, en esas terapias, empieza a comprender el origen y las causas de algunos de sus males personales. Y, como es sabido, comprender un problema es el primer paso para solucionarlo.
Ocultarlo, negarlo, reprimirlo tiene consecuencias opuestas a las deseadas.
En vez de liberarnos, nos va esclavizando, cada vez más.
Todo aquello, de nuestra historia o del presente, que NO nos gusta o que NOS Duele, NO desaparece cuando lo mantenemos “debajo de la alfombra”.
Permanece allí donde lo dejamos, descomponiéndose, y expandiendo un olor que, cada tanto, nos recuerda que hay algo feo que sigue habitando nuestra “casa”.
El camino para “limpiar” conlleva primero una aceptación del problema, y luego, un procesual acercamiento al asunto que nos aqueja.
Esta limpieza es, en realidad, una Curación de nuestro Ser.
Uno puede comprender, en parte por experiencia propia, a las personas que, conciente o inconcientemente, evitan enfrentarse a estos problemas.
A nadie le gusta sufrir; nunca es divertido…..pero la experiencia nos enseña que sólo conociendo nuestras verdades más profundas (las lindas y las no tan lindas) es que podemos llegar a ser Libres.
Es imposible ser Libre si Niego, Reprimo o Evito una parte de mi historia o de mi ser personal.
Y por si faltara agregar algo…..sin Libertad no hay Felicidad.
A donde voy con todo esto…..
Así como las personas tenemos nuestras zonas oscuras, que no nos gustan, que no queremos ver…..
Las ciudades también las tienen.
Una manera de descubrir cuales son estas zonas feas de la ciudad es buscar los lugares que NO necesitan ser conocidos por los visitantes.
¿Qué lugares solemos recomendarle a un turista que visita Buenos Aires?
Recoleta, Puerto Madero, San Telmo, La Boca, Tigre……siga usted la lista…
Difícilmente le recomendemos Villa Lugano, Laferrere o Wilde, salvo que vivamos por allí y queramos invitarlos a recorrer nuestro barrio.
Menos que menos, alguna de las villas miserias de la capital federal o del gran buenos aires.
No solo no recomendamos a los turistas que visiten estos lugares sino que, quienes habitamos esta gran ciudad, tratamos de “alejarnos” todo lo posible de la realidad que allí existe.
Las villas son los lugares a los que No queremos ir….y los villeros las personas que buscamos evitar.
Más que eso, las villas son los lugares donde habitan los pobres, y a ellos es a quienes más les tememos.
Vivimos con miedo.
Vivimos tratando de construir murallas y sistemas que nos hagan sentir un poco más seguros.
Perros, rejas, alambrados, Súper cerraduras, alarmas, garitas de seguridad; siga usted la lista……..
Algunos, gracias al dinero, viven en verdaderas fortalezas….y aun así, no consiguen vivir sin miedo.
Vivimos clamando para que los gobernantes se dediquen, de una buena vez por todas, a solucionar este problema tan grande, que tanto nos aqueja……pero nos quedamos en eso……
Nos atrincheramos en nuestras casas y nos dedicamos a quejarnos y reclamar lo que otros no hacen.
Sinceramente: ¿Alguien todavía tiene la esperanza de que un simple cambio de gobernantes puede generar la Curación de todos nuestros males?…..Si conocen a alguien con ese sueño, ¡¡DESPIERTENLO!!!
Tratamos de No mostrar las pobrezas (y a los pobres) a quienes nos visitan.
Tratamos de No pasar por estos lugares, ni de tener encuentros con estas “personas”.
Tratamos de construir sistemas que nos defiendan de sus ataques
Los ciudadanos que aún no caímos en la pobreza, tratamos de evitar, ocultar y defendernos de los pobres, de la misma manera que las personas, individualmente, solemos evitar, ocultar y defendernos de las heridas, fracasos y males de nuestras historia.
Todos tenemos miedo. Yo también.
Pero estoy seguro que, escapándonos hacia nuestra trinchera (casa) y dejando que los gobernantes de turno solucionen las cosas, el problema NO VA A DESAPARECER; al revés, va a EMPEORAR.
Es imposible vivir en Libertad, si la mitad (o casi) de la población, está esclavizada por la pobreza.
Es imposible ser felices, si no tenemos Libertad.
¿Qué hacer?.....No estoy seguro….
Creo que, empezar poniéndole “nombre” a nuestros miedos y dejando de soñar con soluciones mágicas, ya sería un buen comienzo…
Vos: ¿Qué pensás?